En una tienda, entra un joven con el propósito de comprar unas gafas para su novia, al mismo tiempo entra una señorita a comprar unas bragas para ella.
La dependienta, un poco despistadilla, al envolver los paquetes se equivoca y al joven le da el de las bragas, y a la señorita el de las gafas.
El joven sin comprobar el contenido del paquete se lo envía a la novia con la siguiente nota:
Querida nena: El paquete que te envío contiene lo que desafortunadamente te rompí anoche cuando estuve jugando contigo.
No sé si te gustarán, pero son las mejores que he encontrado y también las más caras. La dependienta que me sirvió estuvo enseñándome las suyas que son iguales que éstas, y me aseguró que las llevaba puestas hace más de tres años y que aún no se le habían roto. Ella desde luego se las quita para trabajar.
Nena, no hago más que pensar si te gustarán. Yo estuve comprobando las de ella y asegurándome de su calidad y solidez.
para convencerme, ella se las puso delante de mí, y tuve el verdadero placer de ver lo bien que le quedaban.
Espero que la próxima vez que juguemos te las quites para evitar cualquier rotura.